Tuve que desayunar. Estoy de viaje y estoy con mis viejos. Hace semanas que tengo que comer y trato de ingerir la menor cantidad de comida posible, sin emabargo, me siento una bola llena de grasa. Tuve que almorzar, y no soporté más la comida. 3 horas dentro mío estuvo. Desde que comí, no paré de mirar la hora para saber cuándo se iban mis viejos así podía internarme en el baño con mi botellita de agua helada y vomitar. ¡SE FUERON! Corrí al baño y vomité. Cada pedacito de carne se fue por ese retrete...
¿Y ahora? Y ahora estoy peor. Tengo una ansiedad que no doy más. No sé si algo pasa por mi cabeza. Bueno, sí, pasa y mucho. Comer, comer y querer volver, agotar las energías que tengo en el cuerpo. ¡QUERER SER PERFECTA! ¡BASTA! Mi cabeza va a estallar.
-Estrella, vos podés. Yo sé que vos podés. Tranquila... Relajate.
-¡No! No puedo, no sé qué me pasa. Lo único que pienso es en comer y en necesitar un cigarrilo, y en que no puedo hacer ninguna de las dos cosas.
Necesito hablar con él. Necesito hacerle saber cuánto lo extraño y cuánto lo necesito. Me gustaría que sepa que esto que hago, esta cosa llamada ''ayuno'', la hago por él... Para gustarle nada más ni nada menos que a él. Porque es lo único que me queda, y lo único junto con mi mejor amiga, que me dolería perder. Ellos son mi todo. Pero sin embargo él no me ve como nada más que amiga. ¿Y eso cómo funciona sobre mi autoestima? Mal, muy mal. Cada día que pasa que siento que me boludea, mi autoestima baja más y más, y mis manos al estar escribiendo esto, tiemblan y transpiran.
¡¡¡¡¡BASTA!!!!!
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